tag:blogger.com,1999:blog-43481700227243903692024-03-21T05:35:42.944-07:00TAN LEJOS TAN CERCAUn intento de abrir los canales, de allá para acá, de adentro hacia afueraAlsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.comBlogger20125tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-89530603018014420512009-02-06T15:29:00.000-08:002009-02-06T15:55:37.903-08:00AHÍ<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2O5uUx7gDpu3YH5YdGqhBkV8z1p22TNXmn73nw91b66sIqqQjM4OzRslPWaEfbn4IquC3mbCemXLSXzf-doVfyR9ognVjGsXgyFNEfvWqbSR6CU5iS8bJBVWrh0cjydSM_t-HQAcPhbI/s1600-h/vacaciones.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2O5uUx7gDpu3YH5YdGqhBkV8z1p22TNXmn73nw91b66sIqqQjM4OzRslPWaEfbn4IquC3mbCemXLSXzf-doVfyR9ognVjGsXgyFNEfvWqbSR6CU5iS8bJBVWrh0cjydSM_t-HQAcPhbI/s320/vacaciones.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299837282285900242" /></a><br />Siempre hay un lugar en donde uno quisiera estar y si acaso ya se está en ese lugar pues entonces uno quisiera quedarse ahí más tiempo de lo que se está. Pero por lo general uno no está ahí, porque además se trata de un lugar incierto, a veces sólo posible en la imaginación. El ansiado lugar puede no ser más que un momento del pasado, una casa, un momento, una persona o toda una época; pero por muy pasado que sea, aunque uno se crea que por lo menos ese lugar o ese momento perfecto existieron la verdad es que tampoco fue así, pero es importante aferrarnos a la idea de que sí, que era igual de luminoso como aparece en la nostalgia. <br />A veces nuestro lugar se aparece como una epifanía en la página de una revista. La casa de los sueños, las vacaciones ideales, el lifestyle anhelado. No vale la pena decir que se trata de un set de fotografías y que la esbelta e inmaculada mujer que aparece rodeada de sus dos bellísimos hijos en realidad no ha tenido ningún embarazo y por eso tiene el vientre plano; es más, es casi de la edad del niño mayorcito y además ese que la abraza como el marido más amoroso y protector, en realidad es gay o terminó con su novia en una noche extrema donde sobró el alcohol y la cocaína. Ah, y por cierto, esa casa perfecta de pulcras decoraciones, en realidad huele a caño y tiene unos vecinos molestísimos. <br />Ahora que lo pongo así, el ejercicio de evocar la realidad sobre los lugares perfectos podría ser la terapia perfecta para dejar de pensar en ellos, para alejar la nostalgia y pensar que tal vez este odioso trabajo y ese departamento minúsuculo no están tan mal. <br />Bueno sí, puede funcionar un rato. Pero luego aparece de nuevo el "kibutz del deseo" y todo se pone borroso de nuevo. Los más optimistas podrían sentirse a un paso de él; los más pesimistas quizá tengan dificultades incluso para vislumbrarlo, pero por más bosquejos y pasos adelante, sigue a la misma distancia. O realmente, ¿qué estás haciendo para estar más cerca?, ¿realmente tiene sentido?Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-29967209765690140532008-09-23T11:41:00.000-07:002008-09-23T11:54:50.388-07:00SABE QUÉ MOOD<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTm3n2Zd7Z82BWCRW0TkvTwp-IJTNM45wqz2BunV8ju5FKPI04S2QTsauNe1lvoNTy_j7lNFau36Ruub5UIlQmPfUVXO1iqbEW6N3sF1sNicg7osnwAejE_fPJSDd7xJgCLEg1orH4NeE/s1600-h/Manu_Chao.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTm3n2Zd7Z82BWCRW0TkvTwp-IJTNM45wqz2BunV8ju5FKPI04S2QTsauNe1lvoNTy_j7lNFau36Ruub5UIlQmPfUVXO1iqbEW6N3sF1sNicg7osnwAejE_fPJSDd7xJgCLEg1orH4NeE/s320/Manu_Chao.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5249292210974207346" /></a><br /><br />Hace dos semanas me dio por escuchar a Manú Chao. Hacía años que no lo hacía, más allá de toparme ocasionalmente con algunas de sus canciones en tiendas, bares o hasta en el radio (no hay que olvidar que por esas relaciones raras de la vida Robbie Williams hizo popular que el I'm the king of bongo baby...je ne t'aime plus, mon amour sonara por todos lados). Gracias a dios que existe el Emule y pude complacer mis deseos de escuchar a Manú inmediatamente. Creo que la culpa la tuvo en principio Ricardo, que varias veces me dejó "un fax" porque no estaba en línea (si no conocen esa canción no pienso ponerme a explicar que se trata de la parte final o quizá la inicial de otro track de "Desaparecido" en la que un, suponemos, amigo de Manu le llama por teléfono y como este no contesta pues le manda un fax, quién sabe por qué). El caso es que recordé a Manú y me dieron ganas de escuchar todo lo que pudiera... andaba en ese mood, medio relajado y medio nostálgico, medio de ganas de cantar estribillos como "arriba la luna oea" a todas horas, lo cual además le resultó bastante gracioso a Mariana. La semana siguiente ya no estaba en el mood de escuchar a Manú. De repente el fin de semana me dieron ganas de la música electrónica, traía un mood un tanto festivo y de hecho hasta me daban ganas de bailar como hace mucho no lo hago. Hay que destacar que toda la música que me ha dado por escuchar últimamente no es más que el soundtrack de un mood nostálgico en el que todo me recuerda a todo y en el que todo tiene que ver con recuperar momentáneamente tantas cosas que uno ha dejado atrás, desde una desvelada en privado con los cuates, hasta un campamento improvisado en la playa, incluso me he acordado de días específicos de trabajo y eso también me pone nostálgica. No sé si mi ya demasiado alargado mood nostálgico tendrá que ver con las proximidades de mi cumpleaños, pero la verdad es que no pretendía hablar de cómo me ando sintiendo en estos días (estoy tan harta de que me corrijan los gerundios que ahora los busco porque también tienen que ver con mi mood nostálgico), más bien iba a hablar sobre el mood y en qué momento le cambiamos la frecuencia al humor para ponerle mood, ¿o será que el mood ya tiene de por sí cierto humor? Decir que estoy con humor nostálgico tendrá la misma intención que si digo que ando con mood nostálgico? Los defensores del español me dirán que si, y que incluso es mejor porque es en español, pero de verdad que a mí me suena a otra cosa, será que precisamente por ser una palabra en otro idioma me sugiere algo un poco más bizarro, como "sabe qué modo"... sabe qué mood, cuestión de orden. Ando en sabe qué mood... <br />Y bueno, luego el mood tiene su soundtrack, pero ese es otro tema.Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-40152623587991495322008-09-10T15:20:00.001-07:002008-09-10T15:28:29.504-07:00LA LLAVE MAESTRA<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVA4uJGrVvGIYFsMW82Mm3ce7MP4aW0J20q8v73zMjihKfeGCnqf8Coe1KCVEAphV8gV_tqYbTIJ7Y7I3O1kZqqv0D9QVwOFeWCaZiK91tph0-o7_chAkZJjgmTvOrgy-r1P7QIRRYOvk/s1600-h/SOCIALIZANDOOK.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVA4uJGrVvGIYFsMW82Mm3ce7MP4aW0J20q8v73zMjihKfeGCnqf8Coe1KCVEAphV8gV_tqYbTIJ7Y7I3O1kZqqv0D9QVwOFeWCaZiK91tph0-o7_chAkZJjgmTvOrgy-r1P7QIRRYOvk/s320/SOCIALIZANDOOK.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5244523131004790178" /></a><br />Les propongo un experimento. Siéntense en cualquier lugar a esperar algo, así, solitos, sin libro ni revista Vanidades. A ver con cuántos desconocidos platican. De seguro con ninguno, todo el mundo anda en lo suyo y si no encuentran la Vanidades, pues a lo mejor está la TV y Novelas o los jueguitos del celular, pero nadie voltea a ver a nadie más de lo debido no vaya a creer que le estoy viendo lo mal que se peinó o que la blusa no le combina con esos zapatos. Ahora regresen al mismo lugar con un bebé (si no tienen lo pueden pedir prestado, siempre habrá una mamá feliz de deshacerse de su pequeño por unas horas) y vuelvan a contar a los desconocidos con los que platicaron.... ¿desconocidos?.. Ninguno, si todos acabaron siendo sus amigos ¿o no? <br />Un bebé es la puerta al mundo, la mejor arma para las relaciones públicas. He pensado seriamente en llevarme a Mariana al Senado a ver si no logro que todos los Senadores me pelen, hasta Beltrones, ya verán. Lo mejor es que los bebés ni siquiera requieren haber nacido para hacer su "trabajo" de rompehielos. Una panza de embarazada tiene casi los mismos efectos, especialmente con las mujeres, eso sí. <br />Cuando me embaracé me convertí en una persona "interesante", la gente me preguntaba cómo estaba, si sería niño o niña, si me daban nauseas, si era el primero, si ya sabía cómo le iba a poner. Mis amigos me atendían, me daban el lugar en el metro (aunque nomás me hubiera pasado dos veces lo voy a poner en homenaje a esos escasos ciudadanos que todavía hacen ese tipo de rarezas). Ahora con bebé soy el colmo de lo interesante y ni siquiera tengo que esforzarme mucho, puedo hablar de popó y de todos modos es interesante. <br />Aclaro que esto no funciona con todo el mundo. Para muchos de mis amigos solteros y que ni siquiera se les ocurre que puedan llegar a cometer esa estupidez de la paternidad, eso no resulta nada interesante. Hablo en primer lugar de los que ya son padres, o mejor aún, los abuelos, los que quieren y no han podido, o los que pueden pero no querían. <br />Que Mariana sea particularmente atractiva ayuda mucho y provoca muchas sorpresas. Que un darketo con piercing en la nariz detenga su camino en una plaza para pararse a chulera a una bebé no debe ser muy común. Pero no importa que no fuera tan coqueta y bonita, sí, tengo que decirlo, de todos modos sería mi llave a la socialización. <br />Todo comienza de distintas maneras. Si el interlocutor también tiene bebé uno de los dos comienza haciéndole un guiño al niño ajeno, si éste sonríe la conversación comienza más fácil. ¿Cuántos meses tiene?... ¿de veras?... está muy grande. Hoy mi respuesta no fue tan común; en el seguro social, mientras esperábamos a que nos llamaran para las vacunas, una señora con su nieta se sentaron al lado mío. La bebé sostenía fuertemente el carnet de citas, lo cual me llamó la atención porque se veía muy pequeña; hice la consabida pregunta y me djeron que tenía seis meses, pero era evidentemente mucho más pequeña que Mariana (que todavía no cumple cinco). La conversación giró entonces sobre la alimentación, la niña comía bastante, desde los cuatro meses, pero en la guardería a fuerza querían que engordara más... ¡ahh, la guardería!!!, otra conversación, y claro, por eso es tan abusada la chiquilla. Cuando salí yo del consultorio me despedí de la señora y parecíamos las grandes amigas. Antes de eso, el intendente que esperaba para entrar a limpiar los baños (un tipo que ya había visto, de esos raros que hacen su trabajo de buen ánimo y que hasta parece que le gusta) gritó, ¡pero qué bebé tan hermosa!, pudimos empezar también una conversación, pero estaba muy lejos y no tenía ganas de gritar. <br />Otra forma de comenzar las conversaciones tiene que ver con los accesorios. Qué práctica está tu cangurera, ¿dónde la conseguiste?, ¿y esas mamilas deveras son tan buenas?, ¿en tu pañalera cabe todo? y entonces arranca una letanía de consejos e intercambio de experiencias inacabable, hasta que alguno tiene que irse, bendito sea dios. <br />La verdad es que efectivamente las conversaciones más largas son con los que son padres, y de preferencia de bebés o niños no muy grandes, porque los que ya tienen adolescentes más bien te ven con un poco de odio porque tú todavía no tienes que padecer al monstruito ese y encima te quejas de que no te deja dormir. Pero también hay uno que otro soltero interesado que basta que te haga una pregunta para que entonces tú le cuentes lo que te mueres por decir de tu pequeño, y claro, ellos siempre tendrán un sobrino, el hijo de una amiga o el vecinito de arriba del cual platicar también para no quedarse atrás. Es más, a veces los bebés ni siquiera son el tema de la plática, se habla sobre el trabajo, sobre política, sobre esta ciudad de locos en la que ya no se puede vivir (el tópico empieza porque uno dice que no es un lugar para que un niño crezca, pero qué se le va a hacer), pero la carita angelical del pequeño que sonríe a los mimos del extraño es mucho más efectiva que cualquier intento de acercarte a un desconocido, no vaya a ser que tengas intenciones sucias y macabras y con un niño eres inocente.Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-57283919662016001682008-09-05T14:22:00.000-07:002008-09-05T14:23:24.685-07:00¿HAY ALGUIEN AHÍ?<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrEioz0fDg7O2vf3a1CNagQG8QuFya_v20k17L_pCGURDqmTT0jl4x0fb0cbAQ3GSRk8z4Gn8857tJCUvEuJadnOABcPeoAXwMXopzzw7Rn1pLdMO-ziFropZ6egieBfGq9PA8W7JAS1o/s1600-h/ALIEN.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrEioz0fDg7O2vf3a1CNagQG8QuFya_v20k17L_pCGURDqmTT0jl4x0fb0cbAQ3GSRk8z4Gn8857tJCUvEuJadnOABcPeoAXwMXopzzw7Rn1pLdMO-ziFropZ6egieBfGq9PA8W7JAS1o/s320/ALIEN.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5242650956052375330" /></a><br />Por Juan Villoro<br /><br />Al aterrizar en la Ciudad de México se advierte que la lógica no es lo nuestro. Una ventanilla anuncia "Taxi autorizado". Ahí mismo una leyenda de la Procuraduría Federal del Consumidor informa que ese establecimiento puede estar violando la ley. Llegamos al territorio donde lo autorizado es ilegal.<br /><br />La ventanilla que al mismo tiempo proclama y refuta la normatividad es una metáfora de un país donde las reglas han dejado de tener sentido o son caprichosas e inoperantes. En su relato "Ante la ley", Kafka describe la justicia como una puerta que es distinta para cada persona, pero que nunca se abre. Nuestros códigos operan de modo semejante.<br /><br />Llegar al Distrito Federal significa establecer instantáneos vínculos con el sinsentido. Hasta hace unos días el taxi del aeropuerto a mi casa costaba 190 pesos. Ahora cuesta 225. Para no decirle al chofer que el aumento me parecía abusivo, hablé de hidrocarburos (tema en el que cada mexicano tiene algo que aportar) y de pasada mencioné que el precio del petróleo ya está bajando. Como suele ocurrir, el conductor comentó que él no recibía nada del aumento y procedió a contar sus condiciones de trabajo, dignas de un cochero en el brumoso Londres de Dickens.<br /><br />El célebre Sitio 300, que controla los taxis del aeropuerto, lleva años sin ponerse de acuerdo con las autoridades que regulan la aviación civil y los negocios aledaños. Aunque no han renovado el contrato, los mil 300 permisionarios siguen empleando a conductores con los que tampoco tienen compromiso contractual (tal era el caso del piloto que me tocó en suerte).<br /><br />Como en México la catástrofe es un tema de conversación muy contagioso, basta hablar de un problema para que los desastres se ramifiquen. El taxista me dijo que en la mayoría de las gasolineras un "litro" nunca es un litro. Nuestra realidad prefiere las comillas a las cursivas.<br /><br />Me sorprendí de que los taxis autorizados atropellaran la legalidad, pero poco después pasé por un tianguis donde ofrecían "discos pirata originales". Esto me ayudó a asimilarme a una tradición convencida de que lo auténtico es lo que se modifica sin que se note. Tal vez en otro país la piratería genuina sea contradictoria. Aquí avala la calidad de lo ilícito.<br /><br />En casi todas las formas del trato social asoma la pequeña transa, la componenda que lleva a la extraña compensación de corregir el abuso que se sufrió con el que se comete.<br /><br />La ley se ha convertido en una molesta sugerencia o, en el mejor de los casos, en una zona discrecional. Pongamos un ejemplo tan nimio como frecuente: la medida del tiempo en los estacionamientos, espacios no siempre relacionados con el meridiano de Greenwich. Algún genio de la manipulación tuvo la idea de que se cobrara "hora o fracción". Ese prohombre no descubrió la eternidad pero sí la manera de alargar el tiempo. Quince minutos integran una "fracción", que vale igual que una hora. Si llegas al minuto 14, un entusiasta de las sumas calcula que llegaste al 16, es decir, que debes una hora.<br /><br />En este caso hay evidencia aritmética de lo que sucede. Sin embargo, la cuota de abuso, la dichosa "fracción", suele ser algo que no advertimos, un indescifrable impuesto por hacer transacciones en un país al margen de la ley.<br /><br />Nuestra relación con los desconocidos se basa en la desconfianza. Cuando alguien demuestra honestidad, decimos: "se ganó mi confianza". Bien mirado, es una derrota social que la confianza deba ganarse. En una comunidad sólida, la confianza es algo que se pierde: das por sentado que las cosas saldrán bien y en caso contrario dejas de creer en esa persona. "Música pagada toca mal son", dice un proverbio indispensable para una tribu donde la credibilidad llega muy poquito a poco.<br /><br />¿Sería posible escribir una historia de la sospecha y el recelo en la sociedad mexicana? De ser así, los capítulos más abultados tendrían que ver con la historia reciente. En el virreinato un delito podía tener como agravante la "nocturnidad" (el ladrón contaba con la complicidad de las sombras). Hoy en día lo "oscurito" se presenta a todas horas.<br /><br />El tema de la ilegalidad va de la picaresca cotidiana a la tragedia del crimen organizado. Las marchas contra la inseguridad confirmaron la indignación y el dolor de una nación que ya no soporta la violencia ni la impunidad. La protesta fue clara. El problema estriba en saber si hay interlocutores. ¿Quién puede responder? ¿Cómo va a hacerlo?<br /><br />En la obra de Heinrich von Kleist El cántaro roto, un juez debe sancionar un crimen que él cometió. No es otro el desafío de los gobiernos que tienen zonas descompuestas, tocadas por la criminalidad. ¿Será posible la depuración que enjuicie a los supuestos responsables de impedir el crimen?<br /><br />La película Alien se promovió con un eslogan sobre la impotencia ante el terror: "en el espacio exterior nadie puede oír tu grito". ¿Quién acusará recibo de nuestro S.O.S.?<br /><br />En ocasiones el sufrimiento de los animales refleja nuestra propia angustia. El 26 de agosto 60 caballos murieron ahogados en el club hípico La Barranca. Sus caballerizas se inundaron en una rinconada sin escapatoria. Emilio Campos, caballerango de 61 años, trató de salvarlos y unió su suerte a la de los animales que cuidó hasta el último momento.<br /><br />Podemos imaginar el nerviosismo de los caballos, los relinchos bajo la lluvia, el agua que sube como una corriente inexplicable; podemos oír, a lo lejos, la voz conocida y confiable que no puede hacer nada; podemos entender, en el desorden de la noche, que el frío contacto con la marea significa que no hay salida, que estamos juntos, los de siempre, en la casa común, y sin embargo todo acaba.<br /><br />En inglés pesadilla quiere decir "yegua de la noche" (nightmare). El alarido es la forma elemental de salir de ese desbocado trance. Hemos empezado a gritar. Falta saber si alguien nos escucha.Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-41927143941857682332008-07-29T15:52:00.001-07:002008-07-29T15:53:38.571-07:00ALEXANDERPLATZEl hombre se detiene y sus pies quedan al borde de la banqueta. El perro también se para, pero a sus patas les falta bastante para tocar el filo de la acera. El hombre no lo nota. El hombre presta atención a la punta de sus zapatos, los mismos zapatos de la semana anterior. ¿Sería un viernes entonces? ¿Es viernes ahora? Supone que sí porque la gente en el otro lado de la calle es mucha, cargan alguna cerveza y tienen caras felices. El perro sabe que es viernes y sabe que son los mismos zapatos porque huelen a orines. El perro sabe bien de esos olores. <br />El hombre no recuerda; la punta de los zapatos lo remite a una azotea. Llegó ahí por casualidad, encuentros furtivos a los que él se entrega gozoso para luego salir de ellos y lamentarse por ser una veleta. Una veleta sin azotea. Su piso es el primero en el edificio y no tiene forma de llegar a la azotea. El perro sabe que hay alguna forma porque los gatos juegan allá, pero el hombre es estúpido, piensa el perro, y no lo lleva a jugar con esos gatos, a corretearlos y deleitarse con sus pelos erizados, a sacar los colmillos y presumirlos sin que nadie le dé un manazo en la cabeza… “Perro malo”. No, no hay forma de llegar a la azotea, piensa el hombre y mira sus pies. Pero hay azoteas en otros pisos en los que sí es posible entrar. Así llegó a una. <br />El hombre alza la cara y ve en la acera de enfrente a una mujer de cabello rojo. El perro ve al perro que lleva la mujer y que no tiene el pelo rojo. Es negro, muy negro. Nada que ver con su pelaje blanco, pero nunca tan blanco para llamarse un perro blanco. En cambio aquel negro es envidiable. Ese perro puede andar por la calle y sentirse orgullosamente negro. Él, en cambio, agacha la cabeza cuando su amo dice a la gente que su perro es blanco, pero no tan blanco, casi blanco. <br />Viendo a la mujer del pelo rojo, el hombre recuerda a su amiga, la dueña de la azotea, la dueña del piso. No importa de lo que es dueña. Tiene el pelo rojo también, pero él nunca se ha atrevido a tocarlo. Todos los días en la oficina ve con recelo cómo su vecino de escritorio acaricia esa melena. Mete toda la mano en él y la deja ahí por eternos segundos para sacarla luego impregnada de delicioso perfume. El hombre no tiene idea del olor de su amiga pelirroja, como no tiene idea de a qué huele la pelirroja en la acera de enfrente, pero imagina un perfume dulce… su imaginación es grande. <br />El perro conoce el olor, le llegaba cuando ella se acercaba y lo acariciaba, a él, un perro casi blanco, una mujer con un pelo totalmente rojo, pero con un olor casi molesto, a tabaco. <br />El hombre se apena. Ese viernes, si acaso en verdad era un viernes, no se despidió de su amiga pelirroja cuando salió disparado escaleras abajo, con el pantalón un poco mojado. Levanta la vista y por un momento piensa en la cara que pondría la mujer de enfrente si le hace un ademán como despidiéndose de ella, para subsanar el descuido con su amiga. <br />El perro sí dijo adiós ese viernes, porque él sabía que era un viernes. Cuando salió detrás de su dueño miró a la amiga lastimeramente, pero ella no sabía nada…<br />El hombre mira de nuevo la punta de sus zapatos. Ya no recuerda la azotea, sólo el vacío bajo sus pies, el vacío oscuro y silencioso emitiendo apenas una suave voz. El perro recuerda también el vacío y da un paso atrás, recibiendo a cambio un jalón de la correa. Ni una mirada. <br />Tampoco ese viernes lo habían mirado. Él estaba detrás, casi a la misma distancia que ahora, esperando una mirada, quizá sólo una mirada, aunque esperaba realmente una caricia. Siempre le daban caricias. <br />El hombre escucha la campana del semáforo a punto de cambiar. El perro también la escucha y mueve la cola instintivamente. El hombre mira a la pelirroja y recuerda de nuevo el rostro de su amiga, la mano de su vecino de escritorio en su pelo y el timbre de la puerta. Recuerda también una fría sensación en la entrepierna. El perro también la recuerda y mira al perro negro. Recuerda la mirada que nunca llegó. Recuerda el sonido del timbre y su lengua en la mano de su amo, al mismo tiempo que este daba un paso hacia atrás, igual de temeroso que el que da ahora hacia delante. Igualmente, sin caricias. <br />El hombre avanza y esquiva a la gente que cruza hacia el lado contrario. Piensa en los puentes, siempre tan llenos de gente, por eso prefiere las áridas azoteas. Piensa en su azotea inexistente, piensa en tantas azoteas por descubrir y se abandona a ese pensamiento de un próximo encuentro. El perro también avanza, pero sólo piensa en la mirada que no le llega desde hace una semana. Mira por última vez a su amo que avanza llevando a un perro negro, un perro negro con un pelo envidiable.Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-49913625268247710472008-07-17T08:17:00.000-07:002008-07-17T08:42:28.142-07:00LOS PENDIENTESEl famoso cuestionario Pivot que muchos periodistas suelen aplicar a sus entrevistados, pero que sobre todo es básico en las entrevistas de James Lipton en "Desde el Actors Studio" incluye la pregunta Aparte de tu profesión ¿que otra profesión te hubiese gustado ejercer? Siempre que me imagino cómo respondería ese cuestionario cuando sea famosísima y me lo pregunte quizá no Lipton, pero tal vez algún periodista del New York Times, no estoy segura de cuál finalmente escogería. Estas son todas las profesiones que me hubiera gustado desempeñar en algún momento de mi vida. Reto a quien me lea que pueda escoger una sola profesión alterna a la que tiene, que además, a lo mejor ni le gusta. <br /><br />- De niña quería ser educadora pero esa idea se me quitó por completo y más ahora que tengo una hija. <br /><br />- Luego quise ser química farmacobióloga porque mi papá me dijo un día ese nombre y me pareció que era tan sofisticado que yo tenía que dedicarme a eso. Después de la prepa todavía pensaba en dedicarme a la química, pero elegí letras. El gusanito ahí se quedó. <br /><br />- En algún momento quise estudiar arquitectura. A punto estuve de dejar la facultad, pero no había quién me financiara. Es quizá mi profesión más frustrada, quizá al final de cuentas eso es lo qeu contestaría en frente de mi entrevistador. <br /><br />- Hubiera querido ser chef, algo así como Thierry Blouet en el Café de lso Artistas de Puerto Vallarta, o mejor aún, como Anthony Bourdain.<br /><br />- Me hubiera gustado hacer algo que me llevara a visitar muchos hoteles. Me encantan los hoteles. <br /><br />- Cuando veo Grey's Anatomy se me ocurre que hubiera sido divertido ser doctora, pero en el Seattle Grace y con McDreamy, porque luego veo ER y ya no se me antoja. <br /><br />- Me hubiera gustado ser curadora de arte y poder decir con aires de suficiencia que este o aquel son pésimos artistas, o al contrario, además de viajar, vestirme de manera exótica y tomar vino todos los fines de semana en las inauguraciones. <br /><br />- Siempre digo que quisiera ser escritora, pero luego no me pongo a escribir. <br /><br />- Sobre todo me hubiera gustado ser millonaria y dedicarme a decorar y desdecorar mi casa.Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-80087044230901652862008-07-14T09:06:00.000-07:002008-12-12T00:09:34.261-08:00EL MUNDO DE MILLÁS<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4Gx2vNUyREF8KyAiIA2nOeAXQYQVL3sos6XlHaYXBQC6BMfm5MV81UZ99IRkSVMM5SY7sVO29kB11IAYtsQ0_vbHz5sIZm6IW2kgbUEidY85rBMCP0bFncQWC5nWzGcBGSUP7wnTDvcI/s1600-h/MILLAS.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4Gx2vNUyREF8KyAiIA2nOeAXQYQVL3sos6XlHaYXBQC6BMfm5MV81UZ99IRkSVMM5SY7sVO29kB11IAYtsQ0_vbHz5sIZm6IW2kgbUEidY85rBMCP0bFncQWC5nWzGcBGSUP7wnTDvcI/s320/MILLAS.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5222907081551078210" /></a><br />De Juan José Millás tengo el recuerdo de una entrevista frustrada. Era la la FIL del 98, mi primera feria del libro como reportera de Mural. Me consideraba una experta en el evento luego de asistir varias veces y trabajar en algunos estands, pero el punto de vista de periodista es otro. Era una novata en aquel mar de autores, de conferencias, de temas por explorar. Una noche antes mi editor, Israel Carranza, me avisó que tenía entrevista con Millás, en ese entonces un autor desconocido para mí, pero era español y a mí eso me sonó de bastante importancia como para ir bien preparada. Me dio el libro, "El orden alfabético" y con una alta dosis de café me dediqué a leer toda la noche. Disfruté la lectura menos que si no hubiera sido por obligación, pero aún así encontré en su imaginario un placer que me hizo sentirme un poco de su lado. La elaboración de las preguntas fue casi con la mano temblando, pero al final ahí iba yo, con el libro y mi libreta bien afianzados y muy segura hacia el estand de Alfaguara, donde supuestamente me estaría esperando el autor y hasta un fotógrafo. Llegué temprano y me dijeron que esperara a que otro reportero tereminara su entrevista... otro reportero... reportera, para ser más exactos. En cuanto la vi sentada riendo junto con Millás se me vino el alma al suelo, era Silvia Isabel Gámez, con su pelo azul, su acento español y toda su experiencia, y claro, con su credencial del periódico Reforma. ¿Y ya para qué haces tú la entrevista?, me dijo la mujer de prensa cuando le hice ver que Silvia y yo éramos del mismo medio. Yo la escribo para ambos, reafirmó Silvia, y yo no pude decir mucho. Seguramente en mi cara se notaba la decepción o el enojo, no sé cuál era más evidente, pero el caso es que Millás se compadeció y me dijo que si quería que me firmara el libro. No dije mucho y se lo dí (ahora no tengo la menor idea de dónde está el ejemplar), pero en cuanto salí del estand me arrepentí, odiaba verme como una fan, yo tenía que ser una profesional y no debí dejar que me lo firmara. Desde entonces, cada que leía algo de Millás, un libro o una entrevista, incluso su columna de El País, sentía un poco esa humillación, la suficiencia del autor sintiéndose alagado firmando el libro (¿se lo presté a alguien, dónde está?) de la pobrecita reportera a la que habían dejado plantada. Yo podía recomendar cien por ciento su lectura, pero prefería no acercarme mucho a él... hasta que leí El Mundo, que recién terminé el fin de semana. La novela, que según dice Millás le llegó como auto que se pasa el alto (aquí en el DF esa imagen es muy fácil de encontrar en cualquier esquina) me envolvió casi como logró hacerlo Philip Roth con "Patrimonio", esa especie de recordatorio de vida que hace que irremediablemente uno se asome a ratos a su propia vida como si se tratara de una novela. La escena del Millás claustrofóbico tratando de escapar de una fiesta me hizo reecontrarme con él de otra forma. Si su fobia es cierta, en aquella FIL no era yo la única que sufría; él tuvo que sentirse asfixiado entre tanto autor, tanto saludo, tanto periodista y tanto libro. Más que una venganza fue como una suerte de solidaridad. Casi me he creído su humildad, pero también es cierto que en la literatura, por muy personal, uno es capaz de engañarse a sí mismo de manera sorprendente. Sin embargo, disfruté "El Mundo", disfruté la historia de su calle casi como disfruté mi propia calle en la infancia, sus reencuentros y sus pérdidas. Si volviera a encontrarme con él. Si por alguna razón volviera a entrevistarlo, no tengo muy claro qué le preguntaría, pero tal vez trataría de llevarlo a un lugar exterior, de darle un poco de oxígeno... y no, no le pediría un autógrafo. Eso todavía no. ÚLTIMAS NOTICIAS: Silvia y yo finalmente fuimos amigas, cada que asistía a la FIL disfrutábamos bastante, nos reíamos. Luego fue mi jefa, sí, cuando llegué a Reforma en enero del 2007, y ahora seguimos siendo amigas. Pero así como no volvería a pedirle una autógrafo a Millás, no volvería a perdonarle que me ganara una entrevista.Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-72187296561276883682008-05-20T13:24:00.000-07:002008-12-12T00:09:34.415-08:00Twinkle, twinkle, little star<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhx1D3bbREt0rWFDbFut0CMJopcfkADgMRgvqoHYSMqdJfUTTOCscKDiNaFnBsR6hiFEjnCi5IzKALj50_MAo2FPrAzcrIpRL6zqpLEI6hAMx4KAv3OlJ-XLbtFm4CxSnhHvf0Q3Zbwee8/s1600-h/IMG_0258.JPG"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhx1D3bbREt0rWFDbFut0CMJopcfkADgMRgvqoHYSMqdJfUTTOCscKDiNaFnBsR6hiFEjnCi5IzKALj50_MAo2FPrAzcrIpRL6zqpLEI6hAMx4KAv3OlJ-XLbtFm4CxSnhHvf0Q3Zbwee8/s320/IMG_0258.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5202561399372272370" /></a><br /><br /><br />La única canción de cuna que me he aprendido es “Estrellita”, y claro, esa parte de “Duérmete niño, duérmete ya, que viene el coco y te comerá”, pero dicen que no hay que asustar a los niños con el coco, así que digamos que sólo me sé una canción de cuna para cantarle a Mariana; en realidad podría cantarle casi cualquier canción con voz dulce, pero el problema es que a la hora oportuna de cantar (por ahí de las dos o cuatro de la mañana) no me acuerdo de ninguna canción, ninguna, ni siquiera alguna de Paquita la del Barrio. Se me han olvidado las canciones, o tal vez es que estoy en un extraño limbo donde parece que mi vida sucede en otro plano. Será el estado de somnolencia provocado por las constantes despertadas en la noche o el encierro y la soledad (por mucho que esté dispuesta a salir resulta que la gente normal está trabajando y no me hace mucho caso), pero desde hace un mes he dejado de ser menos yo y he pasado a ser más la mamá de Mariana. No me quejo… o sí me quejo, pero no me arrepiento… o sí me arrepiento, pero tampoco es que sea una tragedia y al final sé que lo asimilaré, como he asimilado tantas cosas en mi vida. <br />Los padres decidimos traer a los hijos al mundo, planeado o no planeado al final es nuestra decisión hacer que vengan a una vida no muy plena, donde los problemas están a la orden del día. Pobres criaturas, pero que conste que se empiezan a cobrar la factura desde la más tierna infancia. Cada llanto, cada mamila, cada reclamo, cada pañal sucio se van anotando en el contrato de cambio de vida que ambas firmamos la noche del 17 de abril en el quirófano. Yo le quité nueve meses de paz, ella me ha quitado 32 años de vida egoísta. A cambio yo le he regalado el mundo, y ella me ha regalado su presencia. Ella me despierta en las madrugadas con un grito, pero para consolarme me regala una sonrisa justo antes de caer dormida de nuevo tras la comida. Yo no logro calmar los dolores que no puede explicarme, pero para consolarla puedo acercarla a mi pecho y mecerla con los latidos de mi corazón, ese sonido que la acompañó nueve meses. Nuestro intercambio de penas y alegrías no tardó en comenzar ni un día, el mismo día en que comenzamos a vivir en esta especie de simbiosis en la que dejamos de ser individualmente. Pero todo va encaminado a un fin, o al menos me gusta pensarlo así, a ese momento en que ella comenzará a ser ella misma y yo volveré a ser yo, o esa nueva yo llena de ella. <br />No, nada será otra vez lo mismo, pero a pesar de que cada noche me parezca que los cambios son terribles, nunca me hubiera perdido la maravilla de verla despertar.Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-848334314461656232008-01-16T20:31:00.000-08:002008-12-12T00:09:34.546-08:00UN BEBÉ PÚDICO<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinF4wU1NfOmOvGKvQIg9lj4Fr-alG2ECfFvi30WEkI6qd27CIit8iP5rcVvSrnB6CsSkJSzJeLSlVCP-KKSiYtqzRXNLzcTnROpLGG4MaiS59ZZaZRsRFUsJJf6a5cHvUaCJ6-ATyefHM/s1600-h/bebe.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinF4wU1NfOmOvGKvQIg9lj4Fr-alG2ECfFvi30WEkI6qd27CIit8iP5rcVvSrnB6CsSkJSzJeLSlVCP-KKSiYtqzRXNLzcTnROpLGG4MaiS59ZZaZRsRFUsJJf6a5cHvUaCJ6-ATyefHM/s320/bebe.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5156302426331225778" /></a><br /><br /><br />Decía Simone de Beauvoir que una mujer no nace, se hace, así que no sé para qué me preocupo tanto por saber si voy a tener niña. Si me esmero puedo hacer una, aunque al final el resultado puede ser uno de los tantos hombres que dicen que se dan en Guadalajara, pero la verdad es que se dan en todos lados, baste caminar por la Zona Rosa unas dos cuadras. No es que sea homofóbica ni nada por el estilo, pero tampoco se trata de que yo me esmere por tener una niña a como de lugar. Las apuestas ya corren, es la pregunta de rigor de todos los conocidos y los desconocidos que te ven tremendo bulto delante, pero nada, mientras que en los anteriores ultrasonidos, cuando todavía se definía el sexo, el bebé se movía con singular entusiasmo, una vez que ya está más maduro ha decidido no mostrar sus partes nobles. De espaldas o boca abajo, así permanece todo el tiempo mientras el doctor mueve la máquina a ver si le dan ganas de voltearse, pero no. Parece que se hubiera empeñado en que se le ha de querer sea lo que sea, como si fuera posible no hacerlo, como si fuera posible ver su imagen difuminada y en blanco y negro y no sentir de nuevo ese cosquilleo de la esperanza, esa casi felicidad. Ya no importa mucho si es niña o niño. Yo, tan acostumbrada a futurear, no puedo más que pensarlo pequeño, prendido a mí. Apenas adivino cómo serán sus ojos y sus manos apretando mis dedos. Qué imagen tan ordinaria! Pero que maravilla es lo ordinario de crear vida.Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-10742711597742902112007-10-03T18:23:00.000-07:002008-12-12T00:09:34.683-08:00¡¡¡¡UNA MAMÁ!!!!<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxvbmhF4Y7rYocs57yAgDYNDoHa-iorUwP_TUfFCbUukP3P6-bw8tFhiIDxxEv9RUZAgoyuuORTlXGlpYfKH_t8VVwagbbZhM6xqYKOrYHbkQH-hPRnoX80QRkwIL65qBhgnb3_mfJSoo/s1600-h/embarazada.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxvbmhF4Y7rYocs57yAgDYNDoHa-iorUwP_TUfFCbUukP3P6-bw8tFhiIDxxEv9RUZAgoyuuORTlXGlpYfKH_t8VVwagbbZhM6xqYKOrYHbkQH-hPRnoX80QRkwIL65qBhgnb3_mfJSoo/s400/embarazada.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5117289127529660530" /></a><br /><br /><br />¿Cómo superar el cliché de la emoción que produce saber que uno va a ser madre? ¿Cómo reconciliarse con ese manoseado concepto de la maternidad? Uno no quiere ser común, hay que entender que uno es especial, uno no es esa señora panzona que avanza con dificultad entre el tráfico, ni como esas parejas bobas que van viendo las tiendas de bebés, o como la señora que se sube en el metro con un tamal de cobijas y de repente le hace gestos al bultito, y el bultito responde con unos gorgoreos, y luego el metro empieza a oler mal y la señora se baja a duras penas, cargando la pañalera cursi llena de muñequitos, la bolsa y las compras. No, uno es uno y seguramente uno será otro tipo de madre. No cabe decir la emoción de saber que una vida crece dentro de tí porque esa emoción se traduce en nauseas, gordura, apetitos extraños y un sueño endemoniado; tampoco cabe decir que es la realización femenina porque es el fin de tus desvelos profesionales a costa de lo que sea, de tus planes de estudios en el extranjero, de tus viajes y tu vida independiente; cabe quizá decir lo que uno siente, por lo menos a los dos meses lo puedo asegurar, es que lo que le crece a uno es la esperanza, hay una especie de cosquilla del resurgimiento, como si fuera posible volver a empezar algo en la vida, ahora no seré sólo Karla, ahora seré Karla, la mamá de alguien, y no porque sólo me dedique a ser la mamá de alguien, sino por lo que implica añadirle a todo lo que uno es, además ser la mamá de alguien, por muy egoista que suene. Falta mucho por saber, mucho por sentir, pero lo importante es que la esperanza está creciendo en mi vientre.... Y no, no se llamará Esperanza.Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-89666026121906856182007-08-24T11:45:00.000-07:002007-08-24T11:48:46.039-07:00AHORA YA PUBLICO DE NUEVO!(ENFOQUE// REFORMA// 22 DE JULIO)<br />Un desastre anunciado <br />Karla Garduño Morán<br /><br />El café del Gran Hotel de la Ciudad de México estaba a reventar. Además de ser las 19:00 horas de un viernes de verano en el Centro Histórico, mucha gente había corrido ahí, como a otros edificios de la zona, para refugiarse de la lluvia y de una inundación que rebasaba ya las banquetas.<br /><br />Los meseros corrían de un lado a otro llevando tazas de té y café a los comensales nerviosos, que a través de las llamadas por celular se iban enterando del nivel de la inundación en otras partes de la ciudad.<br /><br />"Mi hija está atorada en Río Churubusco. Dice que el agua está llegando como marejada", dijo un hombre.<br /><br />"En Zaragoza ya no se puede pasar. Dice mi mujer que hay gente en los techos de los carros", mencionó alguien más.<br /><br />La gente se había metido al lobby del Gran Hotel por estar más arriba del nivel de calle, pero el agua comenzaba a subir los primeros escalones del recibidor. Los empleados comentaban que nunca habían visto algo así en el centro.<br /><br />Y es que desde 1951 las inundaciones que se presentaban en la zona no sobrepasaban los 10 centímetros. Una pareja de ancianos que esperaba una oportunidad para ser atendida en el café recordó aquellos dos meses de julio y agosto del 51. El agua había alcanzado más de medio metro y calles como 16 de Septiembre y Motolinía se cruzaban de un lado a otro en pequeñas balsas. "Aquello fue una tragedia tremenda", recordó la señora.<br /><br />Éste parecía un aguacero como el de aquel 15 de julio de 1951. Durante una hora habían caído más de 50 milímetros cúbicos de agua pluvial, casi el triple del registro más alto de la temporada que era de 10 a 15 milímetros en dos horas. La inundación del 51 había sido uno de los motivos que desencadenaron la construcción del drenaje profundo en 1966.<br /><br />El sistema de túneles de 110 kilómetros de longitud, concluido en 1975, había sido diseñado para trabajar la mitad del año en el desagüe de las aguas pluviales. Sin embargo, desde 1992 trabaja los 12 meses del año llevando lluvia y aguas negras.<br /><br /> <br /><br /> <br /><br />El colapso del drenaje<br /><br /> <br /><br />La historia se repetía 56 años después: el Zócalo se había convertido en una laguna y alrededor de la enorme plancha de concreto el tráfico se había quedado detenido; a los autos varados apenas se les veían las llantas. La gente intentaba correr entre el agua anegada. Los policías, con impermeables amarillos y el agua hasta las rodillas, daban enérgicas indicaciones a los transeúntes y a los conductores que se resistían a dejar sus vehículos para ponerse a salvo. Era como si no hubiera drenaje.<br /><br />Tal como lo habían advertido los estudios del Colegio de Ingenieros Civiles, del gobierno federal y de las propias autoridades capitalinas el Emisor Central -donde desembocan la mayoría de los túneles del drenaje profundo y la principal salida del agua del Valle de México hacia el Río Tula- había colapsado, luego de trabajar sin descanso ni el mantenimiento anual que hasta 1992 se le había hecho.<br /><br />La advertencia de que el gran túnel de 50 kilómetros y 6.5 metros de diámetro estaba trabajando indebidamente, a veces con más carga de la que podía desahogar, había llegado a gran parte de la población con anterioridad, por lo que las autoridades no dudaron en confirmar la noticia.<br /><br />Una revisión realizada a principios del 2006 había evidenciado que la rugosidad en las paredes del Emisor Central, que en algunas partes dejaba el acero expuesto, ya había reducido la capacidad de desalojo original de 180 metros cúbicos por segundo a 110. Ante la intensidad de la tormenta el túnel estaba tratando de sacar cerca de 200 metros cúbicos por segundo, lo cual ejercía un exceso de presión que terminó por abrir un grieta y provocar un derrumbe a la altura de la Lumbrera 4, en Tlalnepantla.<br /><br />Las cinco plantas de bombeo que habían comenzado a construirse para entrar en funcionamiento en diciembre, con la intención de reforzar al Gran Canal del desagüe y poder cerrar así el Emisor Central para entrar a rehabilitarlo, no habían sido terminadas, por lo que el colapso había sido inevitable. El riesgo se tenía presente, incluso la Comisión Nacional del Agua había iniciado la construcción de una planta más, con mayor capacidad, para que en la confluencia del río de los Remedios y el canal La Compañía, fuera capaz de bombear el agua del emisor hacia un área inundable en el vaso de Texcoco, en caso de emergencia. Pero tampoco se había terminado.<br /><br />A través de las cámaras de monitoreo colocadas en los 28 puntos críticos de encharcamiento que la Secretaría de Protección Civil del Distrito Federal determinó en mayo, al iniciar la temporada de lluvias, se habían detectado las zonas más graves de la inundación, que coincidían con las señaladas por los estudios realizados por el Colegio de Ingenieros.<br /><br />Las delegaciones Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Cuauhtémoc, parte de Iztapalapa y de la Benito Juárez en el Distrito Federal, y los municipios de Ecatepec, Texcoco y Nezahualcóyotl en el estado de México, eran los más afectados.<br /><br />El daño alcanzaba directamente a cientos de colonias en donde habitan cerca de 4 millones de personas. Pero en toda la zona metropolitana, incluso en los lugares más altos como Milpa Alta, Tlalpan o Cuajimalpa, la gente intentaba localizar a sus parientes y amigos en medio del caos.<br /><br />El tráfico varado, las líneas telefónicas bloqueadas y los apagones casi generalizados mantenían a la población inmovilizada.<br /><br /> <br /><br /> <br /><br />Los ríos humanos<br /><br /> <br /><br />A pesar de estar varados, preocupados por sus familias, asustados y ansiosos de volver a sus ciudades de origen, los que se refugiaban en el Gran Hotel eran sólo espectadores instalados en un cómodo café a tres metros del suelo.<br /><br />A nivel de calle la tormenta se sufría de otra forma. Armados de cubetas y escobas, algunos comerciantes establecidos no desistían en su intento por sacar el agua de sus locales y poner a salvo la mayor cantidad de mercancía posible. Algunos la subían a anaqueles y mostradores, pero muchos trataban de llevarse las cosas ante la amenaza de que el agua subiera más de tres metros en las inmediaciones del Zócalo, como lo había advertido la Conagua en los días anteriores.<br /><br />Los más de 25 mil ambulantes que según la Canaco se instalan en el Perímetro A del Centro Histórico, y que normalmente comienzan a levantar sus puestos poco antes de las 19:00 horas, habían comenzado a recoger en cuanto el agua les cubrió los tobillos. A las 20:00 horas corrían con sus diablitos a las cocheras de resguardo; el agua ya les llegaba a la cintura y, en su carrera por encontrar un sitio donde guardar lo más valioso, chocaban entre ellos sorteando automóviles y microbuses varados. La avenida Circunvalación, que da salida natural a las inmediaciones de la Merced, Lagunilla y Tepito, era un torrente capaz de arrastrar al menos avispado y nadie se animaba a cruzarla nadando.<br /><br />Las más de 6 mil bodegas y locales de la Merced estaban inundados. El agua había alcanzado más de un metro y las ratas comenzaban a salir a flote buscando tierra firme.<br /><br />En las calles del Centro Histórico, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal improvisaba un operativo de evacuación.<br /><br />"¡Quítense del arroyo de la calle!", gritaban los policías inútilmente, "váyanse a un lugar alto".<br /><br />La gente que intentaba salir de los estacionamientos aledaños se subía a los techos de sus autos y los comerciantes y habitantes de la zona corrían hacia las azoteas de viejas vecindades y edificios visiblemente dañados por el tiempo y el abandono.<br /><br /> <br /><br /> <br /><br />Pasajeros varados<br /><br /> <br /><br />Mientras esto ocurría en el primer cuadro, en la confluencia del Bulevar Puerto Aéreo y avenida Hangares ya no se veía el techo de los automóviles que se habían quedado varados.<br /><br />Ahí, en las inmediaciones del aeropuerto, había comenzado todo. Por ser una de las zonas más bajas de la ciudad (a 2 mil 226 metros de altura, contra 2 mil 240 del Zócalo) las aguas negras encontraron salida más rápido por las alcantarillas. La precipitación se había sumado al exceso de desechos que taponeaban las tuberías del drenaje.<br /><br />Era la reacción prevista. Si el Emisor Central se había bloqueado, el agua de lluvia mezclada con las aguas negras estaría saturando los interceptores que desembocan en él y los colectores del drenaje superficial.<br /><br />Los vecinos de colonias como Moctezuma, Santa Cruz Aviación y Aviación Civil, que ya antes habían reportado la falta de mantenimiento en el drenaje y los malos olores que tenían que aguantar cuando llovía, habían desistido de sacar el agua de sus hogares y se refugiaban en las azoteas, con el rostro cubierto con pañuelos o camisas para mitigar la pestilencia.<br /><br />Ante la inundación en las pistas de la terminal aérea se habían cancelado los vuelos, afectando a los más de 60 mil usuarios que diariamente transitan por el principal aeropuerto del país. Los vuelos por aterrizar habían sido desviados a otras bases; en el mejor de los casos Toluca, pero incluso a Puebla o hasta Guadalajara.<br /><br />También la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (TAPO) había suspendido el servicio. Los más de 45 mil pasajeros que normalmente pasan por ahí se habían quedado detenidos, por lo que las afectaciones estaban llegando a otros lugares fuera de la zona metropolitana.<br /><br /> <br /><br /> <br /><br />La ciudad inmóvil<br /><br /> <br /><br />"Cerraron el Metro".<br /><br />La noticia se había dispersado desde las puertas cerradas de las estaciones subterráneas, de donde la gente había ido saliendo en busca de otra forma de llegar a casa. El agua se había ido filtrando y antes de que llegara a las vías las autoridades habían decidido desalojar los vagones y suspender el servicio de un sistema con 4.2 millones de usuarios diarios.<br /><br />En las zonas donde no llovía la gente salía desconcertada, y en donde azotaba todavía la tormenta los pasajeros evacuados narraban asustados que abajo se formaban verdaderas albercas. Nadie podía ir a ningún lado.<br /><br />Afuera del Metro Lagunilla una señora lloraba por la angustia de que sus hijos estaban solos en su casa de la colonia Nueva Tenochtitlan, en la delegación Gustavo A. Madero, y sin Metro no había manera de llegar hasta allá porque el servicio de microbuses y camiones estaba saturado en aquellas arterias por donde todavía podían circular.<br /><br />Tampoco podía comunicarse con sus vecinos para decirles que auxiliaran a sus hijos debido a las fallas en las líneas telefónicas provocadas por el agua y la saturación de las mismas, y aunque no estaba segura de que en el norte estuviera lloviendo sabía que al ser vecina del Gran Canal del desagüe era muy posible que se estuviera saliendo el agua, aunque en aquella área el túnel estuviera entubado.<br /><br />Y sí, en la Gustavo A. Madero la situación empeoraba. Las medidas usuales de los vecinos para combatir las inundaciones, como la improvisación de bardas y diques hechos con costales de arena, no eran suficientes. No sólo les caía lluvia, también las coladeras escupían aguas negras.<br /><br /> <br /><br /> <br /><br />Lluvia y desechos<br /><br /> <br /><br />En la mayoría de la zona urbana podía percibirse el olor a caño. El drenaje parecía no estar dispuesto a llevarse una gota más de agua.<br /><br />El Gran Canal, que había perdido su pendiente natural hacía el río Tula a causa del hundimiento ocasionado por la sobreexplotación de los mantos acuíferos, era la principal vía de desagüe disponible además del Emisor Poniente del drenaje profundo. Pero entre ambos podían desahogar apenas 40 metros cúbicos de agua por segundo, cantidad equivalente a los desechos generados diariamente por los habitantes del Valle de México, a la que en ese momento había que sumarle el agua de lluvia.<br /><br />Las familias que vivían en colonias de Ecatepec como San José Xalostoc y Villa de Guadalupe, donde el Gran Canal corre a cielo abierto, habían visto cómo éste sobrepasaba los tres metros de su vaso y se desbordaba, arrasando a su paso con las casas de lámina y cartón ubicadas en el borde. A pesar de estar acostumbrados al tufo del drenaje, incrementado por los desechos de la zona industrial aledaña, éste les resultaba ya insoportable.<br /><br />Sin embargo, lo importante en el momento era ponerse a salvo.<br /><br />Luego de intentar salvar algo de la mercancía de su tienda de abarrotes justo enfrente del Canal, una joven desamarró a su perro que ladraba ansioso en la cochera, cerró las puertas del lugar y corrió hacia la planta alta de su casa. No sabía calcular cuánto podría perder, ni si los distribuidores le repondrían el producto; para ella era una pérdida total.<br /><br />Perros y ratas muertas, botes de basura, llantas y hasta algunos muebles livianos flotaban en el torrente del Río de los Remedios recién desazolvado.<br /><br />Las corrientes de las calles viajaban arrastrando cualquier cantidad de basura atascada en las coladeras y en los tiraderos.<br /><br />Las vialidades por donde otrora circularon ríos, se convirtieron en el cauce natural del agua pluvial mezclada con los desechos que brotaban de las coladeras.<br /><br />El Viaducto Miguel Alemán, Río Consulado y Río Churubusco estaban convertidos en caudales de agua y autos varados. La gente buscaba refugio en los techos de sus autos, pero en los pasos a desnivel la lluvia ya había cubierto los coches por completo y los automovilistas los habían abandonado para ser rescatados. La Unidad Tormenta del GDF, preparada con semanas de anticipación, trabajaba en ello.<br /><br />La Calzada Ignacio Zaragoza estaba bloqueada a la altura de Ciudad Neza y Santa Martha Acatitla. La afectación podría durar días, como en mayo del 2000, cuando la salida a Puebla quedó cerrada durante tres días por el desbordamiento del canal La Compañía. Aquella vez los daños a casi mil viviendas y más de 50 mil habitantes de los municipios de Chalco, Valle de Chalco e Ixtapaluca, habían ascendido a más de 3 mil millones de pesos. Las consecuencias de la tragedia que se vivía eran todavía incalculables.<br /><br /> <br /><br /> <br /><br />La ayuda<br /><br /> <br /><br />Cuando dejó de llover, alrededor de las 21:00 horas, un área de más de 200 kilómetros cuadrados -equivalente a la superficie del puerto de Veracruz- estaba cubierta de agua.<br /><br />En las zonas más bajas y las confluencias de avenidas como Oceanía y Río Consulado o el Viaducto y Calzada de Tlalpan, el agua había alcanzado hasta tres metros y aunque ya no había precipitación, el desagüe seguía desbordándose.<br /><br />En algunas partes de la ciudad había llovido cerca de dos horas; en otras no había caído ni una gota, pero la afectación era general.<br /><br />En el Gran Hotel la gente había abandonado el café y se había subido a los pasillos que conducen a las habitaciones, pues el agua había llegado hasta el lobby -ubicado a más de tres metros arriba del nivel de la calle-. La angustia rondaba a los turistas que temían por su seguridad y a los que se habían refugiado allí, pues no podían comunicarse con sus familias y sabían que no podrían moverse en unas horas.<br /><br />La ayuda oficial e improvisada se había comenzado a desplegar cuando todavía llovía. Los gobiernos federal, del Distrito Federal y del estado de México se coordinaban con todos sus recursos para la emergencia.<br /><br />Plantas portátiles generadoras de electricidad, bombas sumergibles capaces de desalojar 140 litros de agua por segundo, equipos de desazolve, lanchas para el rescate, bomberos, policías y personal capacitado ex profeso para esta previsible catástrofe, laboraban a marchas forzadas en las zonas afectadas.<br /><br />El gobierno federal puso en marcha del Plan DN-III-E, por lo que el Ejército se disponía a auxiliar a la población con acciones de rescate, medidas de salubridad, abasto de comida, medicamentos y agua purificada.<br /><br />El Metro seguía cerrado y las redes telefónicas saturadas. Las autoridades urgían a desalojar las zonas más anegadas para que la gente pudiera ser trasladada a los albergues, donde también se les aplicarían vacunas para evitar epidemias.<br /><br />Para la evacuación de las colonias más afectadas se dispusieron lanchas y helicópteros; pero resultaban insuficientes ante la cantidad de gente varada. En las unidades habitacionales de la zona centro y nororiente los vecinos de los pisos altos se sentían a salvo, pero los vapores que subían de las alcantarillas amenazaban con intoxicarlos y el ambiente comenzaba a contaminarse.<br /><br />Antes de la media noche ya se hablaba de víctimas mortales. Casas construidas en barrancas fueron devastadas. Algunas personas habían sido arrastradas por las corrientes en las avenidas y otros se quedaron atrapados dentro de sus automóviles, según algunos testigos. Pero todavía era imposible calcular cuántas víctimas había cobrado la tragedia.<br /><br />En algunas colonias la gente organizaba cuadrillas de rescate. Hubo quienes sacaron lanchas y, armados con sogas y linternas, se lanzaron auxiliar a las calles cercanas.<br /><br />Las azoteas de algunos edificios se improvisaron como helipuertos, para poder evacuar a la población y llevarla a los albergues.<br /><br />El GDF tenía preparados 96 refugios temporales para cualquier emergencia, pero no todos se pudieron habilitar, pues los ubicados en Gustavo A. Madero, Iztacalco, Venustiano Carranza e Iztapalapa también estaban inundados. Esto obligó a improvisar albergues en las delegaciones menos afectadas.<br /><br />Durante toda la noche la ciudad estuvo despierta. La población se mantenía alerta de las novedades, y los medios de comunicación transmitían mensajes de quienes intentaban comunicarse con sus familiares y listas de gente extraviada.<br /><br />Las autoridades de salud alertaban sobre no utilizar el agua corriente ante el riesgo de que estuviera contaminada. Sólo debía beberse agua hervida o purificada.<br /><br />En la madrugada comenzó a llegar más ayuda. Agua embotellada y comida enlatada, así como cobijas y vacunas aterrizaban en helicópteros de diversos estados. En el aeropuerto se trabajaba a marchas forzadas para rescatar por lo menos una pista y que los pasajeros detenidos, más de tres mil a esa hora, pudieran salir de la ciudad. La terminal estaba a reventar; la gente se había acomodado a dormir en las plantas altas.<br /><br />Los directivos del Aeropuerto Benito Juárez proyectaban que al final del día habrían logrado sacar a la totalidad de la gente, pero una vez vacío volvería a cerrarse. Había demasiados daños en las pistas y en la planta baja de la terminal.<br /><br />En las zonas donde los ríos corrían a cielo abierto -especialmente cerca del Gran Canal y el Río de los Remedios- se comenzaron a detectar brotes de diarrea y alergias en la piel.<br /><br />Unas 12 horas después del colapso del Emisor Central, las autoridades anunciaban que podrían desalojar el agua anegada en una semana, pero el Servicio Meteorológico pronosticaba más lluvia.<br /><br />No sólo la capital, sino todo el país, se preparaba para enfrentar un problema de mayores magnitudes.<br /><br />Ante el daño en edificios oficiales del Centro Histórico, como el Palacio Nacional, que alberga a la Secretaría de Hacienda; la Suprema Corte, la Catedral, el viejo Palacio del Ayuntamiento -sede del GDF-, la Cámara de Diputados y el Senado de la República, la burocracia nacional podía verse afectada.<br /><br />La gran inundación finalmente había sucedido y los compromisos de inversión para construir plantas de bombeo y un gran túnel de 50 kilómetros paralelo al Emisor Central, habían llegado demasiado tarde para la población afectada.<br /><br /> <br /><br /> <br /><br />FUENTES CONSULTADAS:<br /><br /> <br /><br />Jorge Legorreta, coordinador del Centro de Información del Agua de la UAM; José Luis Luege Tamargo, director de Conagua; Elías Miguel Moreno, secretario de Protección Civil del DF; Mario Luis Salazar Zúñiga, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México; Ramón Aguirre Díaz, director general del Sistema de Aguas del DF; Horacio Riojas Rodríguez, director de Salud Ambiental del Centro de Investigaciones en Salud Poblacional del Instituto Nacional de Salud Pública, y Joel Audefroy, investigador del IPN y miembro de la Coalición Internacional del Hábitat México.Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-5027535877233582492007-06-27T19:20:00.000-07:002007-07-07T21:29:16.878-07:00DE LA TRISTEZALo malo de tomar una decisión es que al mismo tiempo se están cerrando otras puertas. Por cada puerta que uno abre se cierran demasiadas. Es inevitable. Lo malo es volver la vista atrás y verlas ahí, aguardando una segunda oportunidad, o poniéndose los candados porque es imposible volver por ese camino. Y volver la vista atrás, ya lo comprobó la mujer de Lot, está vedado, pero es inevitable, y entonces uno en lugar de convertirse en estatua de sal uno puede llenarse de una profunda tristeza por ver tantas puertas cerradas, tantos caminos que fueron y ya no serán. Lo importante, dirán los claros de mente, los elocuentes felizólogos y afortundados hombres de misión, es saber lo que uno quiere, para no perder el objetivo; pero porqué ha de querer uno una sola cosa, porqué es preciso decidir en un momento dado que tal o cual cosa nos hará feliz. Hace unos años creía que el periodismo era lo mío, que definitivamente había encontrado un camino; ahora creo que tal vez lo mío era ser astronauta, como igualmente podía serlo convertirme en chef o pasar por el mundo sumida en una rutina tranquilizadora de trabajo de oficina y una vida sin sobresaltos. Ante tantas opciones no hay decisión equivocada, así que uno podría pasarse la vida decidiendo al azar, dejándole las decisiones al meteorológico, a la gravedad que atrae la cara de una moneda o a si el carro que pasa es azul o rojo. Si es azul me caso, si es rojo me meto de monja. Pero al final de cuentas también es cansado lo de dar tumbos, crecimos creyendo que hay un lugar a donde llegar y damos lo que sea por encontrarlo, sacrificamos nuestra propia tranquilidad por llegar a un sitio que en realidad nadie nos ha dicho cómo es, pero no podemos dejar de ir hacia allá. Lo malo es cuando allá se vuelve acá, o acá, o quizá de este otro lado... por qué tendría que ser allá?, quién dice que no es mejor el poniente? Cuántas veces podremos volver a empezar?Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-46300800716121528202007-05-30T09:26:00.000-07:002007-05-31T19:39:35.596-07:00COSAS QUE SE FUERONEsta lista va dedicada a la mamá de los pollitos, porque me hizo evocarla con su blog. También tiene un poco de referencia a mi lectura del mes, o del año: Baricco, otra vez Baricco (Esta historia).<br /><br /><br /><br />- El pan con frijoles antes de la una y media.<br /><br />- Las rodillas percudidas.<br /><br />- Fórmula Melódica.<br /><br />- El chiflido de la cafetera.<br /><br />- Un estudio improvisado en una regadera.<br /><br />- Una tarde completa leyendo en el sillón de la sala.<br /><br />- Las golondrinas en la mañana.<br /><br />- Un casete grabado con música del radio.<br /><br />- Caminar con Yamil hasta el centro por horas.<br /><br />- El café entre las clases.<br /><br />- El papel lustre.<br /><br />- Los cuadernos sin hojas limpias.<br /><br />- Las idas al café Azteca<br /><br />- .....Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-37752629891250229712007-05-23T18:53:00.000-07:002007-05-23T19:19:18.222-07:00NUNCA LO LOGRAREMOSLa espera es la madre de este blog. La extensión de cada entrada es el tiempo que paso esperando a que mi jefa se desocupe.... veamos cuánto dura esta espera. Cada vez que cerramos la edición del día, a las siete y media o casi las ocho, depende de qué tantas vueltas le dieron las diseñadoras al esquema o qué tantas vueltas le dimos los esitores a las notas, me pregunto si acaso este será el día en que inmediatamente después nos pongamos a revisar la agenda y podamos estar fuera antes de las nueve de la noche (¡¡¡cuántas cosas haría si saliera antes de las nueve de la noche!!!), pero nuevamente ese no es el día, nuevamente hay otras cosas que hacer, asuntos pendientes y, sobre todo, mucha plática, mucho debraye (término chilango que entró a mi vocabulario en cuanto lo escuché porque me pareció tan bizarro como lo mismo que nombra), como si uno no prefiriera irse a debrayar a su casa, con su gente, uno que tiene gente, pues. Entonces viene la espera. Un rato se me va en revisar correos, en ver si faltó algo por agendar, en quitar eventos de la agenda que ya sé que no se van a cubrir, pero siempre me sobra un poco de tiempo, o un mucho, ni siquiera estoy segura de terminar algo porque en cualquier momento puede venir ella a decir que ahora sí vamos a revisar la agenda, y claro, uno se entusiasma y cree que media hora más, pero no, nada es garantía... es probable que algo se le atraviese en el camino y entonces uno venga de vuelta a su lugar a esperar, o peor aún, que uno se quede ahí esperando a que haga lo que tiene que hacer y que es im-pos-ter-ga-ble, y entonces no queda más que hacer unos rayones en la hoja, leer la agenda sin leerla, darle la vuelta a lo mismo, ver los zapatos de la gente que pasa, pensar en qué vamos a cenar, en si vamos a cenar, en si ya será otro día o seguimos en la misma hora, hasta mirar el reloj y darte cuenta que sí, que pasado media hora, pero no vamos ni en el segundo evento de la agenda. Ahora son las nueve de la noche con seis minutos y no hay para cuándo. Una hora hablando sobre un tema que al final es mío, es de la página de Ciencia y yo no tengo ni idea... ya me dijeron más cosas, será hasta el viernes que la revise, estoy de malas y ahora sí tendré que pararme y exigir mis derechos.Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-18524789609817904852007-05-10T18:00:00.000-07:002007-05-10T20:33:15.158-07:00CRÓNICA DE UN DESNUDO "CASI" INVOLUNTARIODesnudarme para Spencer Tunick no era precisamente el sueño de mi vida, ni siquiera encajaba como una leve posibilidad; es más, a lo mejor alguna vez llegué a pensar que era una cosa terrible cada vez que veía las fotos de las instalaciones humanas en otras partes del mundo. Me parece importante aclarar esto porque mi amiga momentánea, que conocí en la fila de la foto y nos convertimos en íntimas por unas horas (no me quedé ni con su correo electrónico), realmente sí lo había pensado alguna vez como una ilusión. Veía las fotos de Tunick y pensaba en que le encantaría formar parte de una de ellas. Por eso fue de las primeras en inscribirse. Yo fui de las primeras en enterarme de la sesión, pero me inscribí nada más para enterarme a tiempo dónde sería la instalación. Cuando mucho se me ocurría irme por ahí a cubrir ese día, vivir la experiencia desde fuera. Eso sí, me preocupé porque hubiera reporteros infiltrados, valientes reporteros, yo no. Pero cuando me llegaron las instrucciones de la fotografía no sé exactamente qué frase me convenció y yo a mi vez convencí a Francisco. Cuando le dije a mi jefa ya no había vuelta atrás, tenía un compromiso, aunque siempre cabía la posibilidad de contar la crónica desde el punto de vista del arrepentido.<br />Cuando iba para el Zócalo el domingo a las 4:30 de la madrugada comencé a sentirme más confiada. Con nosotros había en el tráfico miles de autos que se dirigían al mismo lugar y cuyos tripulantes miraban hacía todas partes con una sonrisa de complicidad: "Mira, de seguro ese también se va a encuerar, jiji". ¿Qué sería del mexicano sin el último minuto? Allá íbamos todos con nuestras inscripciones en blanco, llenándolas a mano entre semáforo y semáforo, señal de la decisión postergada... "igual y no me animo", "a la mera y no me levanto". Pero el sueño a esa hora se había quedado en otra parte de la ciudad. En el Zócalo lo que había eran gritos y ansias. La fila era enorme, pero nadie protestó. Las quejas vinieron después, cuando a las seis y pasaditas ya no pudieron entrar cientos de personas. Se enojaron al principio, pero no había mucho que hacer, en las instrucciones nos habían indicado que la puntualidad era básica porque el sol no se espera, y Tunick trabaja al ritmo del sol. El borlote de los quejosos nos llegaba apenas, en la cera alrededor del Zócalo estábamos sentados los elegidos, los valientes, los exhibicionistas, los animados... cada vez más ansiosos y platicando unos con otros, exaltando la solidaridad, acudiendo a la risa nerviosa... "nomás falta que nos digan que mejor mañana", "¿y tú por qué veniste?". Las razones eran diversas, pero a la vez una sola: la posibilidad de sentirse liberado, de enfrentarse a su propio cuerpo, de romper tabúes. A mi amiga Mónica hasta la acompañó su mamá y se quedó esperando afuera, pero a otra colega de desnudo momentánea su novio la había terminado nomás por irse a "encuerar" ante un chingo de gente que "te va a estar viendo las nalgas". La verdad es que al principio casi nadie veía las nalgas, el nervio era general, a pesar de que cuando Tunick dio la esperada orden de desnudarse todos aplaudimos y gritamos. A eso íbamos, faltaba más. Pero no por ver nalgas, aunque entre 18 mil personas de seguro había quien sí llevaba la intención de ver no sólo eso, sino penes y senos. El frio de la plancha del Zócalo y airecito de la madrugada le quitó atención a la pena y luego de unos cuantos chistes ya uno iba empezando a echar uno ojo por aquí y por allá, con el ánimo de descubrir el cuerpo del otro que es el mismo, de comprobar que la ropa es la madre de la mamonería. Ahí, en la plancha del Zócalo, todos desnudos y por una hora y media, todos seríamos iguales, literalmente, sin importar si había lonjas o no había nada de nada. Hubiéramos querido hacer una fiesta, pero estábamos ahí para posar y había que escuchar las órdenes que apenas y llegaban o de plano no llegaban, como la de saludar a la bandera, que la conocí hasta que ví las imágenes. Entre quedarnos quietecitos, acostarnos en el piso y ponernos en la posición más incómoda, aconchados con las rodillas en el piso y las nalgas sobre los talones, no faltaban las bromas y las consignas de "Norberto, el pueblo se te encuera" y las porras a los Pumas. Alguno que otro albur, muchas sonrisas y ganas de ir al baño, pero a ver quién se anima a pasar corriendo desnudo hasta un baño público. Luego vino la orden de caminar hacia 20 de Noviembre. Ahí fue cuando nos dimos cuenta que eso de que nomás estaríamos un ratito desnudo era puro cuento para quitarnos la preocupación, la verdad era que estaríamos expuestos por un buen rato, pero más allá de sentirnos vulnerables, éramos una gran masa poderosa, convertida en un río de pieles manipulado por Tunick, capaz de revolcar cualquier prejuicio. Por si no nos sentíamos lo suficientemente cerca, el fotógrafo, que ya para entonces dejaba sentir su desesperación por no dejarse vencer por el sol que subía implacable, nos hizo tomarnos los hombros unos a otros y así, además del visual, establecimos un contacto físico que, por lo menos a mí me quitó el frio. ... continuaráAlsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-1776510806197142702007-05-07T14:17:00.000-07:002008-12-12T00:09:35.267-08:00¿DÓNDE ESTÁ WALLY?<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGsaTUT7SfIE9X0Nx8biOXVBnW6YlTaxIiNIaVxp6Ll6SYN7jNLEA2o_VO0wSeUUZ7IUf9GhHJ2k6-H92tEIN3h7k9CBjFoQrBWjP_5OpkF7EitZwsISb2Q187GBGLinIsQVeOZh0fODU/s1600-h/karla3.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5061941199232223842" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGsaTUT7SfIE9X0Nx8biOXVBnW6YlTaxIiNIaVxp6Ll6SYN7jNLEA2o_VO0wSeUUZ7IUf9GhHJ2k6-H92tEIN3h7k9CBjFoQrBWjP_5OpkF7EitZwsISb2Q187GBGLinIsQVeOZh0fODU/s400/karla3.JPG" border="0" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkXuh1-MtvpI4C6LpYnwj5Ke3i5dkqQyYCqwhsGH2mDWb_pNCq6RMEGT0tbpe167rptZxwTxtr4qfLAulg5L0G8qhRwN2fS-2zn_9IbpIx5H_4-NRsDQWuzZBKxm_SpnXndBaGwWnxP1s/s1600-h/Karla22.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5061941207822158450" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkXuh1-MtvpI4C6LpYnwj5Ke3i5dkqQyYCqwhsGH2mDWb_pNCq6RMEGT0tbpe167rptZxwTxtr4qfLAulg5L0G8qhRwN2fS-2zn_9IbpIx5H_4-NRsDQWuzZBKxm_SpnXndBaGwWnxP1s/s400/Karla22.JPG" border="0" /></a><br /><div></div><br /><br /><div></div>Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-60784984690443845152007-05-03T08:15:00.000-07:002007-05-03T08:18:19.142-07:00LOS PERIODISTAS NO HACEN FIESTAPor lo menos hoy, porque de que hacen fiesta la hacen, pero hoy todo ha sido recordar que en México los periodistas están en peligro. No te puedes meter con el narco o te atienes a las consecuencias, y tampoco con los galanes de televisión porque te rompen la cara en Garibaldi. A final de cuentas las razones por las que yo me negaba a estar en el periodismo están muy vigentes: los periodistas son una lata, y no todos están dispuestos a aguantarlos; pero finalmente acabé de periodista, pero eso sí, cultural, porque esos no molestan a nadie, esos más bien parece que no existen, si el limbo todavía existiera, segurito que vivíamos ahí...Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-80974244661422639652007-04-27T17:20:00.000-07:002007-05-04T11:04:10.848-07:00LOS DECIRES DE SOFÍA// el nuevoAyer se festejó el Día de la Santa Cruz, día de fiesta para los albañiles. Obreros de la construcción, según el término políticamente correcto que utilizaría, por ejemplo, Emilio González, uno de nuestros políticos más correctos; o bien "ñiles", término que usaría la gente que quiere hacer empatía y sentirse lindo y buena onda, o incluso los miembros de las barras contrarias al referirse a los chivas de corazón.<br />Como en cualquier oficio para el que no hay escuela, el aprendiz de albañil se forja bajo la tutela de un "maistro" que le aventaja en experiencia y saber. Así, al rayo del sol, cargando bultos, acarreando agua, perdiendo el manicure y la tersura de la piel y dejando el cabello tan áspero que ni con champú "pelo lindo" se compone, el susodicho aprende lo suficiente como para empezar a ganar un poco de dinero y ser tomado en cuenta.<br />Si no persiste en el empeño, rodará de un empleo a otro, y cuando no tenga mejor opción, volverá a la obra, pero siempre será al que manden por los refrescos.<br />En cambio si persiste, ascenderá en el organigrama y en el tabulador salarial, y habiendo pasado por un lapso de aprendizaje constante, esfuerzo, sudor y dedicación, algún día llegará a ser, por fin, "el maistro"."El maistro", el que se las sabe de todas, todas; el que se pone al tú por tú con el arqui o con el inge; el que puede darse el lujo de hacer San Lunes; el que puede llegar tarde; el que escoge la estación de radio que todos han de escuchar, y por supuesto, el que negocia su sueldo y su hora de la siesta.<br />Una vez llegado a ese punto, "el maistro" elegirá si "se la lleva tranquila" haciendo parches aquí y allá; si se emplea temporalmente para alguna constructora que le otorgue Seguro Social; o si de plano mejor aprende a leer planos y se hace contratista.Ser albañil es un oficio de riesgo y desgaste físico. De repente el trabajo escasea, a veces no es tan bien remunerado como se quisiera, hay días en que sólo se comen gaseosas y pastelitos, justo el día de raya aparecen cantinas que sortear y, para colmo, los charlatanes que nunca faltan desprestigian el oficio; pero siendo un buen albañil, el futuro se tiene en las manos.<br />Para ser político tampoco hay escuela, en la universidad pueden estudiarse licenciaturas, maestrías y diplomados sobre administración pública, ciencias políticas, gestión, discurso, políticas públicas y demás; pero esa capacidad para colarse a un puesto de elección popular u obtener un hueso no se estudia en ningún lado.<br />El político incipiente también debe buscarse su "maistro": un político que le rebase en años, experiencia, conexiones y poder. Así, sin trabajo rudo, sin esfuerzo, sin sudor, y como un mero vínculo de beneficencia mutua, "el maistro" acomodará a su pupilo en donde más le convenga. Buen sueldo de por medio, el cinismo y la fidelidad ciega serán parte del aprendizaje.Si el susodicho no persevera, quedará rodando de una plaza a otra; nunca se quedará sin trabajo, pero siempre será al que manden por los refrescos.<br />En cambio si persevera, ascenderá en el organigrama y en el tabulador salarial, será tomado en serio, se beneficiará con jugosos puestos públicos, se convertirá en "el maistro" de nuevas generaciones y, algún día, a lo mejor llegará a ser el elegido.Una vez llegado a ese punto, no tiene más que despachar. Lo primero es correr a quien le estorbe, aunque haya que pagar liquidaciones o se desperdicie talento; luego, fundar de nuevo la dependencia a su cargo, no importa que no tenga ni la menor idea, para eso contratará asesores a quienes les dirá qué hacer.<br />Para marcar diferencias con sus antecesores, habrá que olvidar el trabajo ya hecho, desperdiciar lo ya logrado, contratar a sus ávidos aprendices para crear nuevos vínculos de conveniencia, pedir todo nuevo, gastar dinero y no preocuparse si todo sale mal.<br />Ser político no es un oficio de riesgo ni de desgaste físico. Siempre habrá fondos suficientes para pagar la cuenta en un restaurante que esté a la altura; siempre habrá un vehículo nuevo con tanque lleno y chofer; siempre habrá manera de justificar tus ausencias laborales y tus malas decisiones; siempre habrá dinero para contratar a todos los asesores, que bien podrían estar despachando en tu lugar y prescindir de ti; siempre habrá formas de hacer lo que quieras, pero arguyendo "legalidad"; siempre habrá presupuesto para rectificar grandes errores pasados o futuros; siempre habrá un bono para cuando digas adiós y, lo mejor de todo, siempre habrá un nuevo puesto para ti.<br />Una vez llegado a este otro punto, no tienes más que volver a despachar. Tal vez antes fuiste regidor y ahora eres Presidente Municipal; quizá fuiste diputado y ahora tienes una dirección; ¿qué importa si antes fungías en la Secretaría del Medio Ambiente y ahora vas a Comunicaciones y Transportes? Si antes no sabías nada de ecología e impacto ambiental, ahora, al menos tienes la experiencia de haber visto tele y hablado por celular; además habrá que darte tiempo, pues como ya sabemos, eres el eterno aprendiz financiado con dinero ajeno.<br />¡Eso es lo bonito de esta profesión!, aunque, como en todo, siempre habrá charlatanes que la desprestigien; pero eso sí, siendo un buen político, tu futuro está en tus manos.Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-46748488443446986462007-04-27T11:48:00.000-07:002007-04-27T12:18:23.300-07:00UN CHELO EN LOS ESCOMBROS¿Como suena el cemento cayendo?, ¿qué se escucha cuándo un muro de silencio va derrumbándose? Suena a gritos de alegría, a cánticos patriotas, pero también a un chelo tocando música de Bach. La noche del jueves 9 de noviembre de 1989, el muro de Berlín caía entre las manos de los habitantes de ambos lados de Alemania, que celebraban el acontecimiento más feliz de los alemanes en el siglo 20. Entre las risas y los festejos, un ruso, ferviente opositor del régimen soviético, hizo resonar con su chelo algunas suites de Bach, sentado justo en el Check Point Charly, la garita más famosa para cruzar entre los dos berlines. Era Mstislav Leopoldovich Rostropovich, quien falleció el 27 de abril a los 80 años, unos días después de Boris Yeltzin, su amigo y colega de visiones anticomunistas. Para muchos Rostropovich fue el mejor chelista, equiparable con Pablo Casals, incluso mejor; no lo conozco tanto, pero su vida difícil, el exilio, la defensa por la libertad cultural y su enfrentamiento a un régimen seguramente hicieron su obra más grande. Refuerza mi teoría de que los mejores artistas se dan en las peores situaciones. ¿Será que en México estamos por ver de nuevo una gran generación de artistas o seguimos viviendo en la tibieza?Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4348170022724390369.post-72440062946745821612007-04-26T17:55:00.000-07:002007-04-26T17:59:55.524-07:00AND SO IT'S BEGINSNo estoy segura de tener mucho tiempo, ni siquiera la voluntad para hacerlo, pero nunca se puede desaprovechar la oportunidad de intentarlo. Esta es quizá la oportunidad de sentirnos cerca, de encontrar la línea recta en nuestra distancia, de dar un paso hacia adelante y abrazarnos u odiarnos en algún punto del cyberespacio. También, claro, en el fondo es el gran pretexto, es la oportunidad de escribir, de dar rienda suelta a la ocurrencia y desatar algo, no sé muy bien qué, pero desatarlo y dejarlo irse a donde quiera...Alsabinahttp://www.blogger.com/profile/01842767996323657934noreply@blogger.com0