miércoles, 23 de mayo de 2007

NUNCA LO LOGRAREMOS

La espera es la madre de este blog. La extensión de cada entrada es el tiempo que paso esperando a que mi jefa se desocupe.... veamos cuánto dura esta espera. Cada vez que cerramos la edición del día, a las siete y media o casi las ocho, depende de qué tantas vueltas le dieron las diseñadoras al esquema o qué tantas vueltas le dimos los esitores a las notas, me pregunto si acaso este será el día en que inmediatamente después nos pongamos a revisar la agenda y podamos estar fuera antes de las nueve de la noche (¡¡¡cuántas cosas haría si saliera antes de las nueve de la noche!!!), pero nuevamente ese no es el día, nuevamente hay otras cosas que hacer, asuntos pendientes y, sobre todo, mucha plática, mucho debraye (término chilango que entró a mi vocabulario en cuanto lo escuché porque me pareció tan bizarro como lo mismo que nombra), como si uno no prefiriera irse a debrayar a su casa, con su gente, uno que tiene gente, pues. Entonces viene la espera. Un rato se me va en revisar correos, en ver si faltó algo por agendar, en quitar eventos de la agenda que ya sé que no se van a cubrir, pero siempre me sobra un poco de tiempo, o un mucho, ni siquiera estoy segura de terminar algo porque en cualquier momento puede venir ella a decir que ahora sí vamos a revisar la agenda, y claro, uno se entusiasma y cree que media hora más, pero no, nada es garantía... es probable que algo se le atraviese en el camino y entonces uno venga de vuelta a su lugar a esperar, o peor aún, que uno se quede ahí esperando a que haga lo que tiene que hacer y que es im-pos-ter-ga-ble, y entonces no queda más que hacer unos rayones en la hoja, leer la agenda sin leerla, darle la vuelta a lo mismo, ver los zapatos de la gente que pasa, pensar en qué vamos a cenar, en si vamos a cenar, en si ya será otro día o seguimos en la misma hora, hasta mirar el reloj y darte cuenta que sí, que pasado media hora, pero no vamos ni en el segundo evento de la agenda. Ahora son las nueve de la noche con seis minutos y no hay para cuándo. Una hora hablando sobre un tema que al final es mío, es de la página de Ciencia y yo no tengo ni idea... ya me dijeron más cosas, será hasta el viernes que la revise, estoy de malas y ahora sí tendré que pararme y exigir mis derechos.